¿Qué es la escuelita?

Un espacio seguro para el desafío de salir al mundo.

Cuando nuestros hijos nacen, nace con ellos un vínculo que nos hace ser uno. Su necesidad y su alegría son las nuestras, y ellos a su vez experimentan y entienden el mundo reflejándonos. Poco a poco toman conciencia de su identidad, y gracias a nuestra presencia atenta y sensible a sus necesidades pueden volverse hacia el mundo para explorarlo con confianza lo que marcarán sus relaciones sociales futuras.

Lo primero, el acompañamiento en el desarrollo afectivo.

Nuestra primera misión es el cuidado acerca de cómo se siente, qué necesita, cómo se relaciona con los otros niños y niñas. Prestamos especial interés a los niños y niñas además de formar una comunidad afectuosa y segura con las familias, dónde el vínculo seguro con los educadores se forma por la confianza que los padres depositan en ellos. La separación es progresiva, con la presencia de los padres dentro del espacio durante los primeros días, mientras el niño lo necesita. Este paso hacia el mundo social debe acompañarse con armonía, con respeto y con límites consistentes, un paso que paulatinamente será decisivo en su actitud y expectativas antes sus propias posibilidades, construyendo su autovaloración.

Y además, el entorno preparado para el desarrollo a través del movimiento y la experimentación

Sólo desde la seguridad afectiva el niño estará abierto a explorar el entorno. Nuestro espacio, elementos de juego, rutina y propuestas activas permiten el desarrollo psicomotor, cognitivo y afectivo en todas las áreas. Los elementos de juego se adaptan a su progresivo aprendizaje gracias a una observación permanente del periodo sensible en el que se encuentra cada niño. La autonomía, la iniciativa y el descubrimiento significativo están siempre presentes en el juego.

Ratio: El espacio acoge a 10 niños/as máximo con dos educadoras.

Edad:     Para niños y niñas de 2 años.